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Showing posts from 2019

Después de la renuncia

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La Nación Boricua, esparcida por el globo terráqueo, urdió la monoestrellada y al unísono emitió un reclamo. El grito del pueblo, a través de doce días, nos reafirmó como nación y manifestó a un pueblo que, hasta hace poco silente, rugió para poner fin a décadas de enajenación, alternancia y pillaje de una clase política anacrónica. Esta clase política- sostenida por un bipartidismo que no da espacio a terceras opciones y descarta cualquier intento de pluralismo político, representación minoritaria y alianzas- se acostumbró a la docilidad del cordero, al fanatismo, costumbrismo y la apatía política. Puerto Rico despertó. En esta lucha se manifestó el despliegue de nuestra bandera, siendo la mayoritaria junto a la de otros países que mostraron solidaridad con nuestras causas libertadoras; esto pese al reclamo de algunos sectores para urdir la bandera de EEUU- que fracasaron en su intento de "americanizar" nuestra lucha. Estos sectores ignoran que la presencia de la multiestr

"Refugiados"

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"Un refugiado es una persona forzada a abandonar su país como consecuencia de la persecución, guerra o violencia." - Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas. Recientemente participé de la celebración del "Día Mundial del Refugiado" en la iglesia de la que soy miembro (UCC). La actividad se llevó a cabo dentro del servicio regular dominical, con el formato modificado para acomodar dicha actividad. Las oraciones de intercesión se llevaron de forma especial por los "refugiados" de los siguientes países: Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar (Rohingya). No nos sorpende que estos países tengan varias cosas en común: todos tienen reservas de petróleo (el gran motor de las economías de occidente); todos también han sido víctima del intervencionismo del gobierno de EEUU; y tres de ellos (Siria, Venezuela y Myanmar) tienen gobiernos que no son del agrado del "policía mundial de los derechos humanos" (que también viola los derechos

Coquí en USA

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Eran casi las ocho y todavía era de tarde, contradiciendo una noche borincana debido al "Daylight Saving Time". El sonido de los autos iba en crescendo  por la Interestatal 75. Una cena fría, baja en carbohidratos para reducir el colesterol, el azúcar y los triglicéridos, decoraba mi mesa. El aire seco del "ei-sí" , como dicen acá, hacía bailar en forma sutil las espigas que forman el centro de mesa. Ese baile, cual péndulo en su rítmico vaivén, me transporta, bajo cierto estado de éxtasis, a los campos de mi tierra. En medio del éxtasis, comienzo a escuchar el cantar de un coquí. Cierro los ojos y me transporto a mi niñez, cuando en cualquier lugar de mi linda tierra se podía escuchar su mágico cantar. Eran los tiempos de las 936 y la expansión económica, que dictaban la sentencia de muerte del hogar del coquí, en aras del desarrollo. Los montes cortados, la erosión y la contaminación de los cuerpos de agua marcaban el comienzo de un triste final para los mangos,